Este sábado 30 de junio se llevó a cabo la vigésima segunda marcha del orgullo gay, con motivo de la celebración del Día Internacional del Orgullo, que se celebra éste mismo mes, la marcha está llena de colorido, pero lejos de ser una marcha para celebrar, es más bien la expresión de la lucha en contra de la discriminación y la reivindicación de sus derechos.
Entre las consignas se podía escuchar » Esas, esas que caminan, son mujeres Trans de América Latina» haciendo referencia a la expresión más visible de la población LGTBI y que le convierte en el blanco de los crímenes de odio, de los cuales la mayoría queda en la impunidad. Los familiares de las víctimas asesinadas, poco o nada saben de las investigaciones, y la Fiscalía General de la República sigue reflejando estadísticas muy por debajo de las cifras que manejan las organizaciones de sociedad civil que monitorean éstos hechos de violencia.
Otra de las voces que se dejó oír durante la marcha fue la que pide por una ley de identidad. Desde marzo pasado se presentó a la Asamblea Legislativa una propuesta de Ley de Identidad de Género, que busca que las personas transgénero puedan ser identificadas legalmente con base a su identidad de género, lo que les permitiría un cierto nivel de inclusión en la vida económica y social.
En El Salvador persisten los altos índices de discriminación, el odio e intolerancia en términos generales contra la población de lesbianas, gay, transexuales y bisexuales, la mayoría de ellos se ve forzado a buscar oportunidades o un ambiente más inclusivo fuera del territorio nacional, lo que también, pone en riesgo su integridad física y su estabilidad emocional.
La marcha del orgullo, más allá de ser un día de mucho color y festejo, se convierte en el grito desesperado por una sociedad más justa, equitativa, democrática y representativa de aquellas causas que otros preferirían ignorar.