FESPAD señala algunas de las lecciones que nos dejan las políticas que se han empleado para enfrentar esta situación.
PLANES MANO DURA Y LEYES ANTIMARAS.
En el año 2003, el entonces presidente de la República, Francisco Flores, ordenó el despliegue del operativo policial denominado Plan Mano Dura, a cargo de efectivos de la Policía Nacional Civil -PNC- y de la Fuerza Armada, con el fin de reducir la delincuencia mediante la desarticulación y captura de miembros de todas las pandillas juveniles de las áreas urbanas y rurales. De inmediato se inicio un largo proceso de detención masiva en lugares populosos de San Salvador, de jóvenes pertenecientes o que aparentaban pertenecer a las pandillas juveniles. Simultáneamente el entonces Presidente remitió a la Asamblea Legislativa un proyecto de ley denominado “Ley Antimaras”, en el cual generó una fuerte polémica social y legislativa, logrando finalmente su aprobación con vigencia de seis meses (10 de octubre de 2003- a 10 de abril de 2004).
PROLONGAR EL TIEMPO DE ENCARCELAMIENTO.
El 30 de agosto de 2004 el nuevo presidente de la República, Antonio Saca, anunció que continuaría con la lucha antimaras de su predecesor e impulsó un plan denominado “Súper Mano Dura”, un plan mucho más agresivo y violento contra las maras y pandillas, con lo que intentaría extinguir a los pandilleros; la prevención y la rehabilitación están ausentes. A la par de este anuncio la Asamblea Legislativa aprobaba reformas a la Ley Penal, aumentando la pena hasta 75 años.A pesar de ello, el país experimentó un incremento de los homicidios y asesinatos que mostró una tendencia ascendente de homicidios así: en el 2002, fueron asesinadas 2,024 personas; en el 2003: 2,388; 2004: 2,933; 2005: 3,812; 2006: 3,928 2007: 3,497; 2008: 3,179; 2009: 4,367; 2010: 535 entre el primero de enero al nueve de febrero.
INVOLUCRAR A LA FUERZA ARMADA EN TAREAS DE SEGURIDAD PÚBLICA.
En los últimos años, los gobiernos han tomado la decisión de que la Fuerza Armada salga a realizar funciones de Seguridad Pública en todo el territorio nacional; FESPAD ha señalado reiteradamente que sacar al ejército a las calles transgrede nuestra Constitución. La entidad responsable de la Seguridad Pública es la Policía Nacional Civil; las condiciones para que opere la excepción del inciso 12 del artículo 168 de la Constitución no están dadas; pero lo más importante es que no se han agotado los medios ordinarios para el mantenimiento de la seguridad pública en nuestro país.Por otra parte la Fuerza Armada no está preparada para hacer seguridad pública; la carrera policial demanda capacidades y destrezas diferentes, pero también una filosofía y una mística, que distancia a una institución de la otra.
CONTINUIDAD DE POLÍTICAS REPRESIVAS. MÁS REPRESIÓN Y MANO DURA.
AUMENTO DE PENAS A JÓVENES EN CONFLICTO CON LA LEY PENAL JUVENIL.
Otra medida orientada a enfrentar la ola de violencia que vive el país, es la reciente reforma a la Ley Penal Juvenil, aprobada por los diputados de la Asamblea Legislativa que decidieron aumentar la pena máxima de siete a quince años a los jóvenes en conflicto con dicha ley, que hubieren cumplido 16 años al momento de la comisión del delito.Políticamente, la reforma ésta orientada a generar la percepción ciudadana de que se esta actuando contra las maras o pandillas juveniles, una reacción coherente a la percepción que se ha logrado generar en la población, de que la criminalidad empieza y termina con las pandillas; obviando otra vez, el verdadero problema, que se llama crimen organizado y la falta de voluntad para enfrentarlo, grupos que actúan con procedimientos y rasgos típicos de los que fueron conocidos como “sombra negra”.
- Al Órgano Ejecutivo: No continuar aplicando e impulsado medidas y reformas represivas que atenten principalmente contra los derechos de niños; niñas y jóvenes. Vetar la reforma a la Ley Penal Juvenil aprobada por la Asamblea Legislativa.Coordinar una política de prevención de la delincuencia juvenil y la reinserción de las y los jóvenes en conflicto con la ley, tal como lo establece el Art. 127 de la Ley Penal Juvenil; complementando con las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de Justicia de Menores o Reglas de Beijing y la Directrices de la Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil o Directrices de RIAD. Limitar la participación de la Fuerza Armada en el marco de sus competencias de seguridad nacional e investigar los abusos denunciados en materia de derechos humanos.
- A la Policía Nacional Civil:Evitar las redadas y capturas de forma arbitraria.A la Asamblea Legislativa:Abstenerse de aprobar reformas de ley, sin antes haber sido discutida en un foro amplio en el que se involucren todas las entidades del sector justicia y organizaciones de la sociedad civil, que permita evaluar de manera responsable sus impactos positivos y negativos.Aprobar sin más dilación la Ley de Escuchas Telefónicas y una Ley que regule a nivel nacional el uso de armas de fuego.
- Al Ministerio Publico: A la Fiscalía General de la República, cumplir con su obligación de investigar la comisión de delitos y hacer valer su rol de garantes de la legalidad y la constitucionalidad.
- Al sector justicia:Juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, con total apego a los mandatos constitucionales. Motivamos a los jueces y juezas a seguir respetando el debido proceso y las garantías que le asisten a todo ciudadano, independientemente de su condición social.Procurar la racionalización del uso de la cárcel y contribuir a superar su actual estado de crisis.
- A los medios de comunicación:Exhortamos a reflexionar sobre su papel, a fin que contribuyan a una comprensión verdadera y objetiva del fenómeno de la violencia desde sus causas y no sólo desde sus efectos. Que tengan una visión integral del fenómeno de la violencia y criminalidad en cuanto a quiénes son los que delinquen, quiénes son los entes responsables del combate de delito y cuáles son los procesos que permiten un abordaje coherente del fenómeno: la represión, pero también la prevención y la reinserción económica y social.