En El Salvador, las violaciones a los derechos humanos, basadas en la orientación sexual,
identidad y expresión de género, constituyen un patrón generalizado y arraigado, que
somete a la población LGBTI a torturas, malos tratos, agresiones, violaciones sexuales,
crímenes de odio (asesinatos); la negación de acceso al empleo y a la educación, un
limitado acceso a la justicia, injerencias en la privacidad, detenciones arbitrarias y exclusión
en el disfrute de otros derechos.