En el contexto actual de El Salvador, como Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD) reiteramos nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos y la justicia social.
Desde nuestra fundación en 1988, hemos trabajado incansablemente para garantizar que el Derecho, la Constitución y las leyes sirvan a toda la población y no únicamente a las élites económicas y políticas del país.
A lo largo de estos años, hemos contribuido a la implementación de los Acuerdos de Paz, al fortalecimiento de la institucionalidad del Estado y a la promoción de derechos fundamentales para la población más vulnerable.
Hemos sido testigo y partícipe activa de los procesos políticos, sociales y jurídicos de El Salvador, apostando por la educación jurídica y la formación de nuevas generaciones en derechos humanos.
En 1993, con el proyecto “Estudiemos la Constitución”, consolidamos nuestra labor educativa, produciendo la “Constitución explicada”. Esta labor fue extendida a la defensa de los derechos de la niñez, la juventud y la promoción de los derechos económicos, sociales y culturales (DESC), pilares que siguen siendo parte de nuestra misión.
Desde el año 1999, como FESPAD hemos puesto énfasis en la defensa de los derechos humanos integrales, trabajando en la justicia penal, la lucha contra la corrupción y la promoción de la transparencia.
Nuestro trabajo también se ha enfocado en la defensa de comunidades afectadas por megaproyectos de inversión, urbanísticos, turísticos, monocultivos, extractivismo, como la minería metálica que han desplazado a comunidades enteras.
En el ámbito de la seguridad pública, hemos trabajado en el fortalecimiento de diferentes instituciones vinculadas a la seguridad, como la Policía Nacional Civil (PNC) y los Comités Municipales de Prevención de la Violencia, asimismo ha promovido e implementado estrategias comunitarias para la prevención de violencia, tanto en zonas urbanas como rurales.
A pesar de los desafíos económicos, la polarización política o el deslizamiento autoritario en El Salvador, hemos mantenido nuestra independencia enfocándonos en la promoción y defensa de los derechos humanos.
Nuestro compromiso con la población más excluida, como mujeres, niñez, juventudes, personas LGBTIQ+ y comunidades indígenas, ha sido inquebrantable y es innegociable.
Trabajamos para visibilizar y atender las problemáticas más urgentes de nuestra sociedad, como la violencia estructural, los derechos laborales y la inclusión social.
En este trayecto, hemos contado con el apoyo fundamental de diversos actores nacionales e internacionales, sin cuyo acompañamiento no hubiéramos podido mantener nuestro trabajo en la defensa de los derechos humanos.
Agradecemos profundamente a las organizaciones de la sociedad civil, las personas defensoras de derechos humanos, las personas académicas y los movimientos populares que han sido aliados constantes en nuestra lucha por la justicia y la equidad.
También expresamos nuestro agradecimiento a las agencias de cooperación que han brindado apoyo financiero y técnico, permitiendo que como FESPAD ampliemos nuestro impacto en las comunidades más vulnerables. Su respaldo ha sido crucial para el desarrollo de nuestros programas y la ejecución de proyectos que benefician a miles de personas en todo el país.
Queremos extender nuestro agradecimiento también a las comunidades con las que hemos trabajado de cerca, a las que hemos acompañado en su lucha por sus derechos, y a todas las personas que, con su valentía y perseverancia, han sido parte activa de nuestras acciones de incidencia, educación y promoción de derechos.
Hoy, en un contexto donde persisten los retos de transparencia, acceso a la justicia y derechos sociales, reafirmamos nuestro compromiso de trabajar junto a las comunidades, organizaciones y actores internacionales para construir un país más justo.
Reconocemos que la independencia y soberanía deben traducirse en beneficios tangibles para las mayorías, y asumimos nuestro papel de promover un debate crítico que oriente al país hacia un futuro más equitativo .
En este momento crucial de nuestra historia, hacemos un llamado a la unidad de todos los actores progresistas de El Salvador: organizaciones sociales, movimientos populares, defensoras y defensores de derechos humanos, académicos, medio de comunicación, y la sociedad civil en general para la construcción e impulso de una agenda común que garantice la justicia, la igualdad y la libertad para todas las personas.
“Nuestra lucha es por la dignidad de las personas”
29 de noviembre de 2024.